No es para mí

«No es para mí» es una creencia tan peligrosa que la mayoría de las veces nos parece inofensiva.

Lo repite quien tiene un trauma enterrado, quien negó una parte de sí mismo hace tanto tiempo que ni siquiera lo recuerda.

Es como cuando tienes un bloqueo muscular y hacer ese movimiento te parece imposible. Al principio, intentas sanar, encontrar una solución, pero si esto no ocurre, el cuerpo simplemente se acostumbra y el bloqueo parece desaparecer. Te mueves desalineado, pero ya no te das cuenta.

Al menos hasta que el Universo te pone a prueba, hasta que te pone junto a alguien tan ágil como una gacela. En ese momento sientes que algo no está bien, pero no sabes de qué se trata. Te dices a ti mismo: «Quizás simplemente moverme así no es para mí.»

«No es para mí» es una creencia tan peligrosa, y sin embargo, te parecerá increíble, pero también es una de las frases más valientes que existen. Cuando ya no estás dispuesto a comprometerte, cuando has descubierto quién eres y honras tus talentos, tu forma de hacer las cosas. Y sabes que cualquier sí y cualquier no deben ser dichos solo y exclusivamente por ti, para respetarte y amarte.

¿Cómo entender la diferencia? ¿Cómo descubrir las verdades que se ocultan en esta frase?

Un pequeño truco: «cuando la Vida te in-vita, siempre empieza diciendo sí y luego escucha mientras avanzas». Así descubrirás en el camino quién no eres, quién aún no estás listo para ser y quién naciste para convertirte.

Un abrazo para ti.