El poder transformador del rechazo

Todos pueden sentirlo fácilmente: experimentarnos a nosotros mismos en las relaciones es una de las razones por las que nos encarnamos en la Tierra. Sin embargo, pocos pueden admitir que sentirnos rechazados en las relaciones es una de las experiencias más importantes que podemos tener en este maravilloso planeta.

Cada encuentro íntimo, cada vínculo y alianza que encontramos en nuestro camino nos permite descubrir quiénes somos realmente, ponernos a prueba y crecer. ¿Y cuántas veces te has abierto, expuesto, entregado y has recibido un rechazo inesperado?

Es uno de los momentos más dolorosos de la experiencia humana; cuanto mayor sea la inversión de emociones, sueños y esperanzas en una relación, mayor será el dolor percibido en ese rechazo.

Y, sin embargo, puede parecerte increíble, pero también nos encarnamos para vivir ese dolor. ¿Sabes por qué? Porque lleva consigo una enseñanza indeleble.

Energéticamente, todo lo que has dado a la relación después del rechazo vuelve a ti, dentro de ti. Toda tu fuerza vital que habías dado afuera vuelve dentro. Y el rechazo se convierte en una oportunidad preciosa para que tú también regreses.

Para recordar quién eres, qué deseas, en qué crees, tus valores… y todo esto no en función del otro, sino de ti, del verdadero tú.

El rechazo no es en absoluto un fracaso, sino más bien una señal de tráfico que indica el camino, una invitación a recordar la versión más auténtica de nosotros mismos, más consciente y dispuesta a nutrir la semilla que llevamos en las profundidades de nuestro corazón.

No temas al rechazo, no intentes evitarlo a toda costa, porque naciste para recibirlo cuando más lo necesites, cuando hayas dicho muchos «sí», pero en una dirección que no era la tuya.

Un abrazo auténtico.