El cumplimiento de sueños ancestrales

Realizamos los sueños de los demás en una gran historia de hermandad eterna. Esto es lo que me contaron los Masai durante nuestro encuentro hace un año.

Nuestras vidas, en toda su maravilla y matiz, incluso en los momentos más difíciles, nos regalan el florecimiento de semillas que mil generaciones de corazones han plantado en la tierra. Cuán importante es reconocerlo.

Porque cuando nos sentimos libres del pasado, cumplimos el deseo de alguien que tanto quiso perdonarse y nunca lo logró.

Cuando los desafíos en el trabajo nos ponen a prueba, estamos cumpliendo el deseo de alguien que nunca encontró un trabajo.

Cuando amamos y somos amados, cumplimos el deseo de alguien que se sintió solo e incomprendido toda su vida.

Cuando la relación con los hijos atraviesa un momento complicado, estamos viviendo el sueño de alguien que nunca pudo tener hijos.

Cuando nuestra tierra, nuestro hogar, nuestro cuerpo atraviesan un momento difícil, estamos cumpliendo el deseo de alguien que nunca tuvo la oportunidad de conocer una tierra, un hogar, incluso un cuerpo al que llamar suyo y del que cuidar.

Nuestras vidas son hijas de antiguas oraciones perdidas pero no olvidadas, de semillas llevadas por el viento.

Asante sana, mis amigos, que todas las alianzas florezcan en este tiempo, incluso en medio del desierto.

Un abrazo de gratitud.